La vida no nos da lo que uno espera,
si no lo que se encuentra en su existencia,
pues, aunque la verdad siempre es certera
la parca nos sorprende con frecuencia.
Sabiendo irrefutable y verdadera
esta razón de fuerza nos iguala
a todo ser viviente a su manera,
la suerte sea buena o sea mala
convierte a todo el mundo en jugador
del tiempo que la vida le regala,
nacemos y morimos con dolor,
por ello, entre ambos trances disfrutamos
del momento y del lance del amor.
Somos tan vulnerables los humanos
que a veces nos sentimos inseguros,
sujetamos los días con las manos
y siempre nos resultan prematuros.
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