Quisiera con
conciencia yo decirles
que tengo muchas dudas razonables,
de todos los profetas intachables
ninguno el mundo pudo redimirles.
De aquellos que pudieron impedirles
sus actos a los hombres despreciables,
se hicieron sus doctrinas adaptables
a ovejas comedoras de sus sirles.
Humanos nos llamamos complacientes,
creyendo que engañamos a Caronte
haremos que esos actos nos acusen.
Miramos a otro lado como ausentes
queriendo proteger el horizonte
de males que a nosotros nos excusen.
que tengo muchas dudas razonables,
de todos los profetas intachables
ninguno el mundo pudo redimirles.
De aquellos que pudieron impedirles
sus actos a los hombres despreciables,
se hicieron sus doctrinas adaptables
a ovejas comedoras de sus sirles.
Humanos nos llamamos complacientes,
creyendo que engañamos a Caronte
haremos que esos actos nos acusen.
Miramos a otro lado como ausentes
queriendo proteger el horizonte
de males que a nosotros nos excusen.
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