Estaba una
margarita
en un ramo con la
rosa
junto a una
esbelta orquídea,
y mirándola celosa
la flor de
criadero exhala
sus aromas muy
furiosa,
preguntando ella
altanera
a la rosa más
curiosa.
-¿Qué pinta esta
asilvestrada
flor campera y
pretenciosa,
en un ramo tan
selecto
con una orquídea
hermosa?-
La modesta
margarita
modosita y
silenciosa,
exclamó con dulce
voz
pero seria y
respetuosa.
-¡Oh excelsa flor
que luces
tus colores
primorosa¡
No te incomodes
conmigo
por ser tan
poquita cosa,
si te criaron
jardineros
para ser bella y
famosa,
entre grandes
cristaleras
tú naciste
poderosa.
Creo que no tengo
culpa
de que seas
recelosa
porque me sienta
más libre
en la pradera
verdosa,
en las montañas y
valles,
en la campiña
olorosa,
entre romero y
cantueso,
con la bella
mariposa
que al volar sobre mis pétalos
me hace sentirme dichosa,
que al volar sobre mis pétalos
me hace sentirme dichosa,
y en la mano de
una joven
que me deshoja amorosa.-
que me deshoja amorosa.-
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